8


Hace calor. El sol nos abrasa la piel a la sombra de estos altos, altísimos árboles. Y no hay nadie. Solo tu y yo. Tal vez alguien pase de vez en cuando por detrás nuestra pero... No es nadie que realmente importe.Tal vez necesite beber agua, pero no quiero moverme de aquí. Me tiró al suelo y abrazo el césped, estiro las piernas y encojo la barriga. Me río, sin saber muy bien por qué, tal vez, tus tonterías y memeces, sí, será eso...Te abrazo, miramos a la gente pasar, pero, shh, mira, está anocheciendo, la puesta de sol, sí, es preciosa, llevo un rato mirando. La hora... Es temprano. Pero para mí es tarde. Vuelvo a mirar el cielo, ya no veo el sol, aunque sigue naranja, rosa, esos colores que tiene al anochecer. Y tú, me miras, como siempre o tal vez como nunca, mientras me acaricias. ¿Ya es de noche? No me había dado cuenta. Miro la hora. Es temprano, pero para mí... Es demasiado tarde. ¿Qué quieres? Deja de acariciarme, de morderme, deja de hacerme sentir bien, porque es demasiado tarde... ¿Y ahora? No hay nadie. Puedo oír a gente, pero están lo suficientemente lejos. Ahora ya no hay absolutamente nadie. Ni siquiera luz. Mira. Mirando hacia arriba, verás las estrellas, son bonitas, ¿verdad? Todo está oscuro, solo ellas y una pequeña luz ilumina nuestros rostros. Entonces, tengo que irme. El tiempo ha pasado muy deprisa, aunque me pides un segundo más. Me quedo, te acercas, me acerco, susurras algún verso, me besas, te beso, y ahí queda eso. Ya tengo que irme, te acompaño, me dices. Nos vamos, te despides... Y hasta otra, chaval.
~CP~

Comentarios

Entradas populares de este blog

34

153

66