Bienvenido a la Teoría

Dejemos de engañarnos. Que ni tú ni yo vamos a alejarnos lo suficiente como para no echarnos de menos. Digas, lo que digas, hagas lo que hagas. Resistiremos la pura sensibilidad con la que las lágrimas se esconden cuando nos abrazamos y aspiro el encantador aroma que desprende tu cuello. Con calma, dulcemente. Te has llevado mis ganas de escribir la última canción con la que explicar que ya nunca más estarías; sabías que era demasiado duro, aún siendo mi enemigo, no podías estar si no era conmigo. Y juntos, enchironamos la vesania de las fantasías que nos exigen objetividad. Nos golpearemos con esa sobredosis de terneza que podríamos obtener de cualquiera. Pero volveremos. Volveremos una y otra vez a la escena del crimen porque... Dejemos de engañarnos, no vamos a estar lo suficientemente lejos como para echarnos de menos.  Eres mi mayor emoción. ~CP

Buenas noches.  ¿Cómo te encuentras? Supongo que estabas pensando en mí cuando fuiste a parar hasta aquí. Tuvimos que volar alto juntos en otra vida, o quizás solo es cosa mía porque siempre busco mil y una excusas para explicar las cosas que siento.  ¿Qué entiendes por casualidad? ¿El habernos encontrado?  Supongo que sabes que no hay nadie como tú , ni nadie como yo. ¿Qué hacemos para no habernos dado cuenta antes? Es genial que estés aquí ahora. Desaparecen las dudas que un día me persiguieron. La seguridad atraviesa mi cuerpo y yo solo quiero dártela. Compartir aquello que tanta falta nos hace. Desenchufar ese miedo que nos impide acercarnos este último trozo y no sentir nada más, o quizás sentirlo todo. Reposo. Y mi corazón quiere abrazarte mientras respira tranquilamente. Una dulce sensación musical nos hará presos el uno del otro. Perdidos y encontrados. Espuma subiendo al cielo, burbujas de colores mágicas y perfumadas. Suben y suben, y suben dejando...

¿Existe el chico perfecto? Para mí, sin lugar a dudas no. Soy el prototipo de chica que se fija en el tipo equivocado. Que por creer que me quiere, lo único que quiere es liarse contigo. Una carta más. Una pava más. Que machote tío. Y no. Yo quiero ver a ese chico que me saque de casa. El que me diga mil apodos bonitos y sin embargo no se corte en decirme tonterías para picarme. Que sus amigos formen un pilar importante en su vida y lo sean prácticamente todo, que lo de todo por ellos pero que no dude en hacerles frente para defenderme. El que te enseña mil canciones y te dedica noventa y nueve. Ese que te invita a su casa porque opina que eres parte de su familia, si, ¡ése! El que se disculpa cuando ha echo mal y no te hace sentir culpable cuando fallas, el que no le importa pedir perdones sinceros. El que te perdona cada error y te ayuda a rectificar. El que te habla.. y te habla... y te habla.. y no se cansa de ti. El que te busca, te busca y acaba encontrándote. El ...

Nos miramos a los ojos. Ambos nos tomamos de la mano. Ya no había vuelta atrás. La primera, y también la última. No nos quedaba nada más, solo el uno al otro. La decisión estaba tomada. No importaba cuanto intentáramos aferrarnos a esa vida que tanto daño nos había hecho, que tanto nos había destruido. Entonces nos fundimos en un abrazo, y el propio miedo hizo que mis uñas fueran a parar a su cuello. Más profundo, dentro, como si no doliese más que el propio silencio. Nuestros labios, secos, se funden en un beso. Uno. Solo uno, porque ha llegado el momento. Y así, abrazados, embriagados por ese cruel y cálido beso, saltamos al vacío sin arrepentimiento.  ~CP