73: Esta entrada va por ti y por estos 22 meses juntos.

Hace mucho tiempo que no te escribo nada, hace mucho tiempo que parece que perdimos la costumbre. 
Pero ojalá no se olvide nunca que un día nos dedicábamos las mejores palabras, los mejores versos, que un día nos queríamos con tanta pasión y locura que no podíamos estar ni un solo día el uno hablando con el otro. Que ojalá no se acabe nunca. Que siempre haya motivo para recordar momentos felices, que siempre tengamos momentos felices y bueno, esto, ya no miras nunca tuenti, así que he decidido mostrarte mi blog para así poder comunicarte lo que siento, más allá de una simple conversación de whatsapp. 
Me gustaría decirte tantas cosas... Pero sé que a veces no me expreso como es debido. 
Sé que probablemente no tengas tiempo de leer esto, o que no termines de leerlo, o que simplemente no lo leas, porque no creo que hayas terminado de leer todas mis cartas... Pero no sé, necesito escribirte, no sé por qué. Porque yo escribo por rabia, escribo por desesperación, escribo por tristeza, por melancolía, por furia... Y quiero escribir también por amor. Porque el amor es un sentimiento muy bonito como para no tenerlo en cuenta, ¿sabes? Y aunque no vayas a leer esto... Me gustaría dedicarte unos minutos de mi tiempo, a ti, que eres verdaderamente importante para mí. El más importante para mí. 
Quiero ser sincera y hablarte con la mano en el pecho, ¿por qué sabías que se han detectado en el corazón terminaciones nerviosas que acreditan que verdaderamente es real eso de qué se puede pensar con el pecho? Bueno, no exactamente así. Pero sí que es cierto, científicamente comprobado, que en el corazón hay terminaciones nerviosas de este tipo. Bueno, basta de irme por las ramas.
Voy a ponerme seria, triste y melancólica para escribirte, porque parece que no sé hacerlo de otra forma. De fondo, una canción que me encanta "My All" de Mariah Carey, te aseguro que es de las canciones más bonitas que he escuchado en mi vida. Y me sirve para todos los momentos de mi vida, cuando estoy triste, me suena la canción más triste del mundo. Cuando estoy feliz, me suena la canción más romántica del mundo. Y así. Tal y como dice la canción, te citaré a ti: "Te estoy pensando en la larga noche en soledad, si el error fue amarte en mi corazón vuelvo a estar mal porque estoy en ti y no puesto seguir si a mi lado no estás. Mi todo yo te doy por una noche más y así poder sentir tu cuerpo junto a mí. Ya no puedo estar repitiendo aquí nuestra canción, mi todo yo te doy por tener tu amor.Dime si me sientes, imaginando verme frente a ti. Siempre estás presente y en mis sueños logro descubrir que aunque ya no estás mi estrella fugaz, te deseo alcanzar". 
Y es que por muy lejos que estemos, y por muy lejos que te sienta, yo voy a estar ahí esperándote, ¿lo sabes? Y es verdad, lo admito, últimamente te he sentido bastante lejos y hay días que me he enfadado conmigo misma y he pensado que la vida era una absoluta mierda por el simple y sencillo hecho de que no podía ser una prioridad en tu vida, de que no podía hacerte feliz, de que no era suficiente para ti, de que tú aspirabas a algo más y mejor, de que tanto tiempo sin vernos, de que cada vez hablemos menos... Se me rompe el alma. Y no sé como te sentirás tú pero yo... (Pausa para respirar). Pero yo te sigo queriendo como el primer día y solo pensar que tú podrías dejar de hacerlo, me derrumbo. Estoy cansada de perder una cosa tras otra, y estoy cansada de que la vida me vaya mal, pero me he acostumbrado a tenerte a ti conmigo. Y no como a un amigo, como un hermano, como un padre, como un hijo, como un novio o como un marido. Ni siquiera como todo eso junto, porque todo eso eres. Sino como el pilar fundamental y más importante de mi existencia. No sé en  qué he estado aferrándome todo este tiempo de mi vida que no te tenía, no lo recuerdo, pero lo cierto es que ahora estás ahí, como algo que no puede volver a faltar nunca más. Porque cuando me faltas, cuando te siento lejos, cuando siento que te estás alejando de lo que somos o solo es mi cabeza que te echa de menos e inventa historias porque se aburre, pues yo me muero, y me muero de verdad, me vuelvo loca y lo veo todo gris, negro, un humo que me envuelve y no consigo respirar. Y me vuelvo fría, y me vuelvo arisca, seca, borde, posiblemente chula, porque sigo siendo esa chica horriblemente orgullosa con miedo a quedarse sola, con miedo a que la abandonen, esa chica que quiere aparentar que no está sufriendo. Y ese orgullo que me encierra y me cubre, tal vez sea mi crisálida antes de volverme mariposa. ¿Quién sabe?
Lo cierto es que tengo que cambiar aún muchas cosas de mí, nadie es perfecto, y yo me llevo la palma en defectos que se notan, que se ven y que molestan. Así que hay mucho que mejorar en esta oruga. Y te doy mi palabra que lo haré, y seré la mariposa que tú mereces. Una preciosa mariposa monarca.
Y sé que ahora que me conoces mejor, como que ha perdido un poco el encanto. Que posiblemente para ti ya no sea lo mismo, que a ver, yo sé que tú me amas muchísimo, pero también sé que evidentemente, no es igual. Porque yo esas cosas las veo, en la forma de mirar, de hablar, los gestos, o la manera de comportarse. Hay cosas que se sienten. No te estoy reclamando nada, ni siquiera es una protesta, solo quiero, que no te canses de mí nunca, créeme, aún hay mucha Cristy que no conoces, mucha Cristy que desea mostrarse ante ti. No quiero darte tregua para que te aburras, pero me gustaría que me dieras el placer, y tu tiempo, para demostrártelo. Es mi deseo.
Sé que siempre habrá cosas más importantes, sé que habrá cosas más interesantes, sé que habrá cosas más excitantes, sé que habrá cosas que te diviertan más... Pero solo soy una chica, una chica que te ama y que te da su palabra porque no habrá nadie que tenga tantas ganas de demostrártelo como ella. ¡Y ojalá pudiera demostrártelo más a menudo! Pero en ocasiones me da la impresión de que estoy haciendo el ridículo ante ti, que me vas a mirar como a una tonta, que no te vas a dar cuenta, que yo que sé... Me falta autoestima y lo sabes. 
Pero también sé que llegará el día que me levante y me coma el mundo de un bocado, haré lo que desee sin miedo a consecuencias, sin vergüenza, sin pudores y tú podrás contemplarlo y juzgarlo, porque tú vas a estar conmigo. Es mi deseo. 
Tal vez todo esto, todas estas cosas que he dicho antes, todo esto de que yo piense que tú ya no veas esto igual o cualquier cosa de esas, pues o bien puede ser verdad, o bien puede estar en mi cabeza, posiblemente por el hecho de que estoy tan acostumbrada a que siempre pasen cosas malas, que cuando nos dan una tregua tiendo a buscar lo malo de la situación, el problema, algo que falla. No me acostumbro a ser completamente feliz, no me acostumbro a no ver problemas en cualquier situación por tonta que sea. Son cosas que debería aprender, y cosas que me gustaría que me enseñaras. Es mi deseo.
Y no sabes las ganas que tengo, de despertarme y que seas tú lo primero que vea. Y no sabes las ganas que tengo, de poder pasar más tiempo contigo. De comer juntos a solas, mientras no paro de hablar y tú de engullir y al final acabo cediéndote parte de mi comida, de meter los pies en la arena mientras te miro, porque ya sabes cuánto me gusta la playa. De que me enseñes a jugar a la play y consiga ser mejor, de que veamos un partido de fútbol juntos, a poder ser del Madrid, para hartarme de insultar a los jugadores mientras te miro de reojo maliciosa esperando una riña o una mala mirada llena de amor por tu parte. De salir a correr, de que me enseñes a jugar al fútbol, de que me enseñes nuevas técnicas de artes marciales y acabar revolcados en el suelo mirándonos a los ojos como si fuera todo un juego. De que veamos una peli juntos y no enterarnos ni de la mitad porque nos comemos a besos, de pasear juntos charlando de mil cosas, de sentarnos en un banco y charlar solo interrumpidos por los besos algunos fugaces, otros eternos. De meterme en la piscina y subirme a horcadas sobre ti para quitarte el frío, de tumbarme contigo encima, contigo debajo, contigo a un lado, al otro, frente a mí, detrás mío... Es que no me importa. ¿Sabes? Lo único que tengo claro es que quiero estar contigo, sea como sea, pero junto a ti. De ti, tengo ganas de ti. Ayer, mañana y siempre. Hace un año, hace dos, porque por si se te olvidaba dentro de dos meses hará dos años que estamos juntos. Pero como el 22 es mi número favorito, he decidido escribirte hoy. También porque lo creí necesario, porque últimamente ando un poco triste, no sé por qué. No tengo ánimos para nada, y me limito a fingir yo que sé que cosa... Lo cierto es que, sea una inconformista, perfeccionista, excéntrica, maniática y majareta, quiero dejarte clara las dos letras más importantes de mi vida: T Ú
Quiero ayudarte, quiero mejorarme, enseñarte, y que me enseñes, que crezcamos, de la mano como buenas líneas paralelas que fuimos y que acabaron enlazadas, formando una especie de símbolo del ADN. Que ves que es uno, pero al mismo tiempo ves  que se compone de dos, que bailan en zig-zag tocándose y alejándose formando una única figura. Así somos tú y yo, dos, a veces más lejos, a veces más cerca, pero hacemos uno, una unidad juntos.
Y me gustaría seguir siendo esa pareja a la que todos parecen envidiar, ya no por lo que piensen, sino por el orgullo de poder decir que estamos juntos, que realmente somos lo que yo esperaba encontrar en la vida. Mi mitad. Es mi deseo. Tú eres mi deseo.
Y ojalá siempre lo  recuerdes, incluso cuando no te queden fuerzas para pensarlo, recuerdalo. Eres una persona maravillosa, no lo olvides, yo te quiero tal y como eres, con tus defectos y tus virtudes, con las cosas que me encantan de ti y con las cosas que me matan de los nervios de ti, no hay nadie como tú, no hay nadie mejor que tú. Y si lo hubiera, no sería perceptible para mí, mi atención se ha centrado en ti. Y a pesar de mis problemas atencionales, propios a registrar y prestar atención a todo lo que me rodea, tú eres la excepción que rompe todas mis reglas, tú eres mi prioridad, el foco de mi atención y aquello que no dejaría de analizar nunca. ¿Será por eso que consigo llegar allá donde tú estás sin que me digas donde estás? No sé cuantas veces me ha pasado, pero ha sido curioso y genial, sobre todo genial. 
Ámame, sígueme amando y escribeme en cada parte de mi cuerpo y de mi mente, que voy a ser la mujer de tu vida. Porque me gustaría ser esa persona que te frote la espalda en la bañera llena de espuma, que te haga la cama, el desayuno y todos los hijos preciosos que tú quieras. Que te regañe por cualquier tontería y luego te de dulces besos para pedirte perdón. Quiero ser todo para ti. Quiero que seas feliz, que cierres los ojos y digas, joder que vida más maravillosa tengo. Que tengas cada día ganas de levantarte para ver qué te depara el día y que tengas cada noche ganas de abrazarme y contarme lo maravilloso que ha sido todo hoy. 
Mi deseo no es más que eso: Tú. Tu felicidad. Nosotros.
¿Quieres ser el genio de la lámpara mágica que me regale esos tres fantásticos deseos? 






Tuya siempre.
#CP

Comentarios

Entradas populares de este blog

34

153

66