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Mostrando entradas de marzo, 2014

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Había una vez un feo, odioso y asqueroso gusanito que vivía infelizmente en su pequeña aldea, ajeno a todo, porque estaba rodeado de mariposas y otros preciosos bichillos que revoloteaban alrededor suya. Ese gusanito, se llamaba Envidia, y estaba tan ensimismado mirando alrededor, juzgando por qué todas eran bellas mariposas y analizando su feo aspecto, que era capaz de avanzar, de evolucionar, de  ser uno más. No podía. Y mira que lo intentaba una y otra y otra vez, pero nada, no había manera. ¿Por qué? Porque su propia mentalidad le estancaba en ese cuerpo, en esa fachada superficial y para progresar por fuera, primero tenía que madurar por dentro. Pero para Envidia la madurez era lejana e inalcanzable. Y así, Envidia siguió creciendo y haciéndose cada vez más gorda y más fea sin conseguir hacer un capullo y convertirse en mariposa. Era un gusano obeso a punto de reventar. ¿Y sabéis como aliviaba el dolor de ser tan horrible? Sí, lo sabéis. Le cortaba las alas a todas las maripos...

"No me pregunten" - Estravagario

"Tengo el corazón pesado de tantas cosas que conozco, es como si llevara piedras desmesuradas en un saco, o la lluvia hubiera caído, sin descansar, en mi memoria.  .............................. ....... .............................. ....... Así pues, de lo que recuerdo y de lo que tengo memoria, de lo que sé y de lo que supe,  de lo que perdí en el camino entre tantas cosas perdidas, de los muertos que no me oyeron y que tal vez quisieron verme, mejor no me pregunten nada: toquen aquí, sobre el chaleco, y verán como me palpita un saco de piedras oscuras". Pablo Neruda.

Don Quijote de La Mancha

"En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo." Miguel de Cervantes.

Mi último suspiro

«Una cosa lamento: no saber lo que va a pasar. Abandonar el mundo en pleno movimiento, como en medio de un folletín. Yo creo que esta curiosidad por lo que suceda después de la muerte no existía antaño, o existía menos, en un mundo que no cambiaba apenas. Una confesión: pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada más». Luis Buñuel.

El romance de Leonardo. El genio del Renacimiento.

"Entre los que investigan la naturaleza y los que imitan a los que investigaron, hay la misma diferencia que entre un objeto y su proyección en el espejo". Dmitri Merezhkovski.