96. Por esa mariposa que aún no sabe que lo es.
Quizás no te diste cuenta que ya dejaste de arrastrarte por el suelo como una oruga. Quizás no te diste cuenta de tus hermosas alas coloridas, esas que guardas a tu espalda y que deslumbran a cualquiera. Quizás no te diste cuenta porque sigues encerrada dentro de esa crisálida, sin darte cuenta, sin darte cuenta de lo que eres.
Yo te vi. Te vi a través de ese capullo, casi opaco, oscuro, turbio. Ese que no te deja volar, salir, triunfar... Yo te vi. Y vi tus hermosas alas coloridas, a pesar de que estabas encerrada en una especie de burbuja borrosa donde nadie tenía acceso, donde no dejabas entrar a nadie.
Y era así. Tú, que no le abrías la puerta a nadie.
Yo, que necesitaba tres invitaciones antes de pisar la casa ajena.
Pero te vi. Te vi y eras preciosa. Lo eras, lo eres, lo serás.
Solo necesitas abrir las alas y romper de una vez ese capullo que te limita y te impide abrir los ojos al mundo, a lo que eres, tu verdadera naturaleza. Porque no has nacido para estar ahí prisionera. Porque tu función en la vida, no es vivir a merced de esa gran y fuerte burbuja que te aísla, que te vence cada día un poco más. Se alimenta del polvo de tus alas y te debilita y te enferma y te hace tan, tan, tan pequeña... Que no puedes moverte. Y cada vez, tu cuerpo, se amolda más en el fondo de esa crisálida, ocultándote del mundo, ese que no te hace ver con claridad, porque sus paredes son oscuras y a través de él, todo parece monstruoso. Pero el verdadero monstruo está dentro. Comiéndote. Y es un parásito que vive de ti.
Te he visto. Te he visto una y mil veces, aunque nunca te percatases de mi acercamiento. Te he visto, te he analizado, y he descubierto cosas que siguen haciéndote igual de bella. Te he visto, joder, y no sabes la de secretos que me han confesado tus ojos. Tu eterna sonrisa, tan pura que duele. Incluso tus lunares, esos que aparecen salpicados sobre tus hombros, infinitos, uno por cada estrella que te ha envidiado al verte. Porque eres la mariposa más bonita que he visto nunca.
Solo necesitas tener el valor suficiente para salir del capullo. Rompe esa crisálida. Rompe tus limites, tus barreras.
Te prometo que aquí todo es mucho más colorido que allí dentro. Lo sé. Lo sé porque yo también he estado. Y te vi. Y no sabes cuanto te he admirado.
Pero ahora soy yo quién debe decir: Que tú misma te has encerrado.
Rompe esa cárcel, abre las alas y vuela... Vuela como nunca has volado.
~CP
Comentarios
Publicar un comentario