116
Bienvenida otra vez a la teoría, ¿no es irónico?
Tú fuiste quién me dio la vida y ahora parece que no levantas cabeza lamentando de qué manera me educaste, "¿en qué me he equivocado? ¿qué he estado haciendo mal? ¿es que no le di lo suficiente?".
Bla, bla, bla.
Demasiadas preguntas.
El caso es que estoy aquí, como siempre. Succionando cada vez con más fuerza aquello de lo que me alimento: Tu miedo.
Todas aquellas ideas que se quedan en nada porque eres incapaz de llevarlas a la práctica. Incapaz de hacerlas alzarse frente al resto. Incapaz de darles vida. Incapaz, totalmente incapaz por miedosa.
Y ese miedo que siempre me has dado a grandes cucharadas es aquello que ha terminado por alejar lo único que sería capaz de destruirlo. No te sulfures. Es la guerra. Uno de los dos tenía que ganar.
No te pongas triste. Era la guerra. Al final el bando ganador es en quien confías más.
Y tú apostaste por el miedo. Por la teoría. Por el podría haber sido pero no. Por la vergüenza. Por el quiero pero no soy capaz. Por el mundo que solo se construye en tu cabeza por incapaz, por ser incapaz o por verte incapaz, que a fin de cuentas, termina siendo lo mismo.
Duras palabras, es cierto. Duras palabras fueron desde el momento que quién estuvo ahí durante años pronunció ese: "Jamás te había visto (inserta palabra mágica) por nadie, hasta ahora". Hasta ahora. No hay nada más duro que eso. Porque en ese momento sabes que los pactos se han roto, que tu cabeza te ha traicionado y que tienes todas las de perder.
Y perdiste, claro que perdiste.
Pero perdiste por miedo. Por no arriesgar a tiempo.
Perdiste porque todo va tarde cuando se trata de ti. Perdiste porque tenías miedo a perder.
Perdiste porque es demasiado tarde. Pero es demasiado tarde para ti.
#Cindyfresi
Tú fuiste quién me dio la vida y ahora parece que no levantas cabeza lamentando de qué manera me educaste, "¿en qué me he equivocado? ¿qué he estado haciendo mal? ¿es que no le di lo suficiente?".
Bla, bla, bla.
Demasiadas preguntas.
El caso es que estoy aquí, como siempre. Succionando cada vez con más fuerza aquello de lo que me alimento: Tu miedo.
Todas aquellas ideas que se quedan en nada porque eres incapaz de llevarlas a la práctica. Incapaz de hacerlas alzarse frente al resto. Incapaz de darles vida. Incapaz, totalmente incapaz por miedosa.
Y ese miedo que siempre me has dado a grandes cucharadas es aquello que ha terminado por alejar lo único que sería capaz de destruirlo. No te sulfures. Es la guerra. Uno de los dos tenía que ganar.
No te pongas triste. Era la guerra. Al final el bando ganador es en quien confías más.
Y tú apostaste por el miedo. Por la teoría. Por el podría haber sido pero no. Por la vergüenza. Por el quiero pero no soy capaz. Por el mundo que solo se construye en tu cabeza por incapaz, por ser incapaz o por verte incapaz, que a fin de cuentas, termina siendo lo mismo.
Duras palabras, es cierto. Duras palabras fueron desde el momento que quién estuvo ahí durante años pronunció ese: "Jamás te había visto (
Y perdiste, claro que perdiste.
Pero perdiste por miedo. Por no arriesgar a tiempo.
Perdiste porque todo va tarde cuando se trata de ti. Perdiste porque tenías miedo a perder.
Perdiste porque es demasiado tarde. Pero es demasiado tarde para ti.
#Cindyfresi
Comentarios
Publicar un comentario