140

¿Dónde estás? No encuentro tus ojos, alquimista. Hace demasiado que no huelo a recién horneado, ¿se te apagó la esencia, brujo? Yo nunca quise, pero aquí estoy, echando de menos el agua que te convierte en cenizas, obviando la escalera para salir del pozo, que está frío, como te gusta, pero no está hecho para mi. ¿Qué ha pasado? Tus manos ya no echan chispas. ¿Dónde voy? Tu boca me ha guiñado en forma de adiós, o eso he creído. ¿Dónde estoy? Ya he vuelto de escalar entre pestañas húmedas, ríos muy secos. Escalo, escalo, escalo. Dejo atrás todo lo que pensaba que quería y fíjate, tan arriba que me sorprende seguir preguntándome qué pasa contigo. Ya no estás a mi nivel, tus hombros no llegan ni a mis tobillos, he crecido, florecido, y ya no hay sitio para más. Ya no estás a mi nivel, tu pupila se ciega mirando hacia arriba porque alguien por encima brilla más. Ya mis rodillas se han curado, ya no hay sangre salada, ya no hay lágrimas que arden, ya no hay ojos rojos que escuecen como echar sal a la herida. Ya no estás a mi nivel, pero aún te alimentas del pasado.
¿Sigues engordando a costa de mi? Ya apenas puedo verte, algo hace señales en la lejanía y no sé si son tus manos diciendo adiós o vuelve pronto.







Comentarios

Entradas populares de este blog

34

153

66