144
¿Cuántos grados debe desviarse un comentario para que se enquiste?
¿A qué velocidad debe saltar tu saliva para que se convierta en bala?
¿A qué distancia debo ponerme para dejar de ser tu conocida/amiga para convertirme en un bando que debes destruir?
Deficiente. Aniquilar lo inútil.
Se desvanece. Construimos juntos, pero ahora eso no importa.
Deficiente. Vuelca ese contenedor al vertedero.
El desprecio se ha posado en nuestra casa, con una cruz marcada de roja.
Deficiente. Los gritos escriben como una canción las puertas marcadas de frialdad, de odio, de contrariedad, de fracaso...
Deficiente. Ya no sé si lo mejor es esconderse, huir o luchar.
Deficiente. Ya no sabes quien soy.
Pero yo tampoco sé quien eres, quienes sois.
Pero yo tampoco sé qué queréis, qué pensáis, qué estáis mirando, por qué nos estáis señalando con un cuchillo.
Ya sabíamos que existían diferencias, sabíamos que el mundo era cruel e injusto, pero nunca pensamos que todo se volviera en nuestra contra, haciendo surgir el dolor, el veneno, el sin sentido y la inquina. Pero yo tampoco sé, no sé, nunca he sabido, ni sé, por qué seguimos apretando la herida, abriendo, abriendo, y metiendo ponzoña, dejando que se vuelva negro, muy negro, tan negro como el ónice, brillante, deslumbrante, que cueste mirarlo, para así cerrar los ojos y no poder ver más mientras seguimos caminando, viviendo.
¿Y sabes qué? Creo que nunca lo sabré.
Comentarios
Publicar un comentario