148

 He aprendido (estoy aprendiendo) a escuchar las sensaciones de mi cuerpo. Como si todos mis órganos emitieran un sonido que yo pudiese escuchar. Un sonido que puede ser movimiento dentro de mí, calor dentro de mí o incluso un sonido anestésico. 
Desde mi cabeza a los dedos de mis pies, pasando por mi vientre, y sobre todo, por supuesto, recorriendo mi espalda. 

He aprendido a escuchar. Porque quizá, no quedaba otra. 

Porque tarde o temprano tenía que pasar (y quiero que pase).

A veces me pide que pare un poco. A veces me pide alimento. A veces me pide movimiento. Y soy yo quien debe ejecutar la acción.

Somos tan inconscientes cuando miramos para otro lado lo que el cuerpo está gritando que me arrepiento cada vez que le he maltratado. 

A veces lo he apartado por no sentirlo parte de mí. Por creer que no podía pertenecerme algo tan horrible. A veces el espacio que ocupa mi cuerpo me ha avergonzado tanto que me he escondido detrás de mis padres, o entre la multitud, a veces he querido salir corriendo. 

A veces lo he culpado tanto por sentir tanto dolor. Y a veces lo he dañado para sentir ese dolor que quería traspasar desde mi interior. A veces hay tanto vacío que he creído estar hueca. 

Ahora a veces, me pide mucho, me pide más de lo que yo podría darle, al menos en este momento. A veces pide vida, toda la que le he quitado durante tanto tiempo. A veces pide un movimiento mayor al que una sola persona podría darle. A veces pide rellenar ese hueco, de la manera menos metafórica, siento el paso del tiempo en mí. 

Es esas veces cuando ilusiones inconcebidas recurren a mí, sacándome una inesperada sonrisa, viendo ese relleno en cada cosa que hago, que vivo.
Como si yo misma conspirase contra mí para sentir ese subidón de oxitocina, de la manera más natural que ha existido nunca. 

Pero siempre sé que es un error. Debo serenar y traer al presente, a lo que existe. 
Como si yo misma conspirase contra mí para borrar esa pequeña fantasía impensable. 

Una fantasía, un deseo utópico. Porque si algo tengo claro es que de poder ser, no podría en el hoy.

Pero aun borrando y dando paso a la razón, como crece el anhelo por saber que puedo materializar esa divinidad que nunca quise, pero que ahora grita mi nombre para hacerla real. 


#tigerberry

Comentarios

Entradas populares de este blog

34

153

66