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A veces solo necesitamos un poco de atención para que una sonrisa inunde nuestro rostro. Y es que no sé vosotros pero, soy feliz, ¡con tan poco! 
Pero como persona humana, por supuesto, necesito un detalle, una muestra, que se abra el cielo y de repente caiga una señal, un punto de color, una sonrisa descarada, una mirada interesante, una melodía que atraviese mis oídos y me diga: "Adelante, puedes hacerlo". 

Mis palabras dicen una cosa. Mi boca dice otra. Mis miradas también hablan algo distinto. Mis gestos no se quedan atrás. 
Pero, os entiendo, no hace falta encajar las piezas para saber qué es lo que verdaderamente quiero. Tan solo me conformo con qué esteis ahí. Es más que suficiente.

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