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La razón del egoísmo humano... Si hubiera una sola razón, esta pregunta sería fácil de responder.
Supongo que el afán de decirnos a nosotros mismos que somos los únicos del mundo, que somos lo mejor, que estamos aquí, que sin nosotros el mundo no sería mundo, que si no miramos por nosotros nadie mirará; y así, con esto, gastamos más de lo que deberíamos en cuidarnos a nosotros en lugar de mirar un poco más allá por si alguien más lo necesita.
Primero yo, y luego ya el resto.
¿Qué tengo cinco euros y tú solo dos? Pues bueno, lo siento, intenta acumular tu fortuna, porque yo necesito compararme con aquel que tiene diez, y necesito igualarle, e incluso superarle. Pero no reparo en que quizás si repartimos, podríamos llegar a una especie de igualdad. Porque no importa compartir, lo importante es tener más, la ambición nos puede.
Y esto puede aplicarse tanto a los bienes materiales, como a los sentimentales.
También influye en exceso la sociedad en la que nos hemos criado, pues ya no enseñan tantos valores de solidaridad como de competitividad. Ahora tienes que ser el mejor de tu promoción, y no importa que hagas trampas, que juegues sucio o que pisotees a los más desvalidos, tienes que ser el mejor y llegar a lo más alto porque si no, no serás nadie.
Y todos queremos ser alguien, ¿verdad?
El caso es que, no creo que así se llegue muy lejos, pues no creo que alguien que no ama verdaderamente algo más que a sí mismo lo acabé consiguiendo totalmente. Pues se cansará pronto de lo que tiene, las relaciones líquidas, pero eso ya es otro tema y no quiero enrollarme demasiado.
Concluyo haciendo énfasis a una frase que me encanta decir y es que... Muchas veces he escuchado que "Nadie puede querer a los demás de verdad si no se quiere a sí mismo". Y no creo que sea cierto, para mí es más cierto decir que... "Nadie puede querer a los demás de verdad, si para él no hay nadie más importante que sí mismo". Un egoísta, un egolátra o un egocéntrico, ¿Cómo van a desear las cosas de corazón si no hay nada más importante que el "yo"?
En fin, es solo mi punto de vista.
Hasta aquí mi pequeño gran resumen.
Supongo que el afán de decirnos a nosotros mismos que somos los únicos del mundo, que somos lo mejor, que estamos aquí, que sin nosotros el mundo no sería mundo, que si no miramos por nosotros nadie mirará; y así, con esto, gastamos más de lo que deberíamos en cuidarnos a nosotros en lugar de mirar un poco más allá por si alguien más lo necesita.
Primero yo, y luego ya el resto.
¿Qué tengo cinco euros y tú solo dos? Pues bueno, lo siento, intenta acumular tu fortuna, porque yo necesito compararme con aquel que tiene diez, y necesito igualarle, e incluso superarle. Pero no reparo en que quizás si repartimos, podríamos llegar a una especie de igualdad. Porque no importa compartir, lo importante es tener más, la ambición nos puede.
Y esto puede aplicarse tanto a los bienes materiales, como a los sentimentales.
También influye en exceso la sociedad en la que nos hemos criado, pues ya no enseñan tantos valores de solidaridad como de competitividad. Ahora tienes que ser el mejor de tu promoción, y no importa que hagas trampas, que juegues sucio o que pisotees a los más desvalidos, tienes que ser el mejor y llegar a lo más alto porque si no, no serás nadie.
Y todos queremos ser alguien, ¿verdad?
El caso es que, no creo que así se llegue muy lejos, pues no creo que alguien que no ama verdaderamente algo más que a sí mismo lo acabé consiguiendo totalmente. Pues se cansará pronto de lo que tiene, las relaciones líquidas, pero eso ya es otro tema y no quiero enrollarme demasiado.
Concluyo haciendo énfasis a una frase que me encanta decir y es que... Muchas veces he escuchado que "Nadie puede querer a los demás de verdad si no se quiere a sí mismo". Y no creo que sea cierto, para mí es más cierto decir que... "Nadie puede querer a los demás de verdad, si para él no hay nadie más importante que sí mismo". Un egoísta, un egolátra o un egocéntrico, ¿Cómo van a desear las cosas de corazón si no hay nada más importante que el "yo"?
En fin, es solo mi punto de vista.
Hasta aquí mi pequeño gran resumen.
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