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Bienvenida otra vez a la teoría , ¿no es irónico? Tú fuiste quién me dio la vida y ahora parece que no levantas cabeza lamentando de qué manera me educaste, " ¿en qué me he equivocado? ¿qué he estado haciendo mal? ¿es que no le di lo suficiente? ". Bla, bla, bla. Demasiadas preguntas. El caso es que estoy aquí, como siempre. Succionando cada vez con más fuerza aquello de lo que me alimento: Tu miedo . Todas aquellas ideas que se quedan en nada porque eres incapaz de llevarlas a la práctica. Incapaz de hacerlas alzarse frente al resto. Incapaz de darles vida. Incapaz, totalmente incapaz por miedosa. Y ese miedo que siempre me has dado a grandes cucharadas es aquello que ha terminado por alejar lo único que sería capaz de destruirlo. No te sulfures. Es la guerra. Uno de los dos tenía que ganar. No te pongas triste. Era la guerra. Al final el bando ganador es en quien confías más. Y tú apostaste por el miedo. Por la teoría. Por el podría haber sido pero no. Por ...