29



Sinceramente... Esperaba más de él. 
¿No notas a veces como de repente todas las esperanzas que has puesto en una persona se van a la mierda?
Pues eso. Así, justo así, es como me sentía yo. 
Todo comenzó una noche... Como otra cualquiera. Recuerdo que, jamás he ido tan guapa como aquella noche. No es por presumir... Pero mis amigas, realmente, hicieron un buen trabajo conmigo
Mi última relación había acabado bastante mal y yo no estaba para tirar cohetes. Pero decidí, no sé, que me apetecía algo diferente. Que debía despertar de mi estado de zombie, no era yo la que había cortado, ni la que había perdido, por supuesto. Demostraría que yo podía con eso y más. Y allí estaba, de fiesta con ellas, riéndonos y bebiendo como locas. No es que lo mío sea beber precisamente, prefiero las chuches, sinceramente. Confieso que no debería de haberme tomado ese Monster. Pero bueno, ellas preferían el Legendario
Un grupo de chicos se nos acerco y se mezclo entre nosotras, como quien no quiere la cosa. Algunas cayeron. Otras se mantuvieron fieles a sus novios. Y eran todos tan guapos... Y eran todos tan simpáticos... Menos uno. 
Por supuesto, ese era el mío. El tipo más estúpido que te puedes echar a la cara. Guapo, como el que más. Graciosillo, tal vez bastante. Odioso, por supuesto. Me daban verdaderas ganas de destrozarle la cara a arañazos. O tal vez la camiseta... Una batalla interior pensando que sería lo más apropiado siendo como soy. 
Y me acompaño hasta casa. Que sutil. Un camino lleno de discusiones y de "yo soy mejor que tú en tal cosa" nos mantuvo alerta todo el tiempo hasta llegar a mi calle. Allí, fue todo muy rápido, no se realmente en qué momento le invité a subir. No sé en que momento nos estábamos besando. Ni sé realmente en qué dichoso momento abandonamos la ropa para fundirnos en un solo cuerpo. Supongo que ya soy mayorcita para saber lo que hago, alcancé la mayoría de edad hace cinco años. A mis veintitres primaveras creo que sé lo que hago, pero esta noche... Esta noche he sido presa de la lujuria y la pasión. Lo peor es cuando piensas que ese lío de una noche irá a más. Lo peor es cuando piensas que podrás olvidar tu última relación reemplazandola por esta. Y no. Solo ha sido un lío de cama más para un treinta añero corriente, como otro cualquiera. 
Y luego despiertas, y vuelves a tus diecisiete años. Y entonces sabes, que aunque crezcas de edad y de cuerpo, seguirás siendo una niña. Seguirás siendo inocente, y te la seguirán jugando a menos que... Te de por aprender de tus errores.

Comentarios

Entradas populares de este blog

34

153

66