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Yo. Soy yo. Solo yo. Otra vez yo. De nuevo yo. Simplemente yo. Desgraciadamente yo. Afortunadamente yo. Pero yo. Siempre yo.
Aquella que siempre veras comiendo. La que le da miedo la sangre. La que no teme coger babosas y cucarachas pero se muere si ve una simple hormiga. La que no tiene miedo vivir la vida como si fuera un último suspiro, y en cambio, no lo hace, tal vez, por responsabilidad. La que jamás aprendió en bici. La que no sabe la hora. La que no sabe contar sin utilizar los dedos y aun así tarda la propia vida en decirte una suma o división facilísima de la muerte. La que se inventa palabras extrañas. La que dice cosas incomprensibles. La que se monta una paranoya sola. La que se ríe de forma escandalosa mientras todo el mundo la mira. La que pasa de ponerse colorada como un tomate a no tener ni una pizca de vergüenza. La que adora lo dulce. La que ama la pasión. La que sueña sus besos. La que tiene relaciones fugaces. La que ni busca su príncipe azul ni lo encuentra, obviamente. La que se imagina como cantante y lo vive. La que agradece tener tan buenos amigos. La que adora soñar despierta. La que siempre se ve espantosa. La que está como una puta cabra y vive en el puto mundo de yupi. Pero en fin... Mejor ser uno mismo. Mejor volver a ser tú. Mejor vivir tu vida, y no vivir para la vida de otra persona.
Yo. Soy yo. Solo yo. Otra vez yo. De nuevo yo. Simplemente yo. Desgraciadamente yo. Afortunadamente yo. Pero yo. Siempre yo...
Aquella que siempre veras comiendo. La que le da miedo la sangre. La que no teme coger babosas y cucarachas pero se muere si ve una simple hormiga. La que no tiene miedo vivir la vida como si fuera un último suspiro, y en cambio, no lo hace, tal vez, por responsabilidad. La que jamás aprendió en bici. La que no sabe la hora. La que no sabe contar sin utilizar los dedos y aun así tarda la propia vida en decirte una suma o división facilísima de la muerte. La que se inventa palabras extrañas. La que dice cosas incomprensibles. La que se monta una paranoya sola. La que se ríe de forma escandalosa mientras todo el mundo la mira. La que pasa de ponerse colorada como un tomate a no tener ni una pizca de vergüenza. La que adora lo dulce. La que ama la pasión. La que sueña sus besos. La que tiene relaciones fugaces. La que ni busca su príncipe azul ni lo encuentra, obviamente. La que se imagina como cantante y lo vive. La que agradece tener tan buenos amigos. La que adora soñar despierta. La que siempre se ve espantosa. La que está como una puta cabra y vive en el puto mundo de yupi. Pero en fin... Mejor ser uno mismo. Mejor volver a ser tú. Mejor vivir tu vida, y no vivir para la vida de otra persona.
Yo. Soy yo. Solo yo. Otra vez yo. De nuevo yo. Simplemente yo. Desgraciadamente yo. Afortunadamente yo. Pero yo. Siempre yo...

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